Gracias, Cumistas.

La magia de CUMIS, aquel encanto especial, es la voluntad de hacer las cosas desde el amor sobreponiéndonos a las circunstancias y adversidades que siempre están en el camino. Recorremos el trayecto con una meta clara pero nunca sin dejar de disfrutar la travesía; somos un equipo que humildemente aprende de sus errores y, tras cada uno de ellos, descubre una oportunidad de ser mejor para aquellos que más nos necesitan.

Desde su inicio esta ha sido la filosofía de nuestro proyecto. Año tras año los cumistas han entregado, además de su tiempo y conocimiento en cada comunidad; parte de sus corazones en cada recorrido. Son muchas las personas que han hecho de CUMIS lo que es hoy día; cada historia, anécdota y esfuerzo suma, cuál granito de arena, a esta gran montaña de sueños que hemos construido. 

Hoy, queremos agradecer y homenajear a todas las generaciones cumistas quienes han hecho el camino más fácil, la espera más amena y los logros más gratificantes; ellos son los estudiantes de medicina, odontología, psicología e ingeniería que acompañados de los mejores especialistas en el área de la salud, que han apostado a Venezuela a pesar de las dificultades. 

En estos 7 años de trabajo, recorrimos  más de 10.000 kilómetros juntos y llegamos a las comunidades más remotas del país: Delta del Orinoco, estado Monagas; Playa Colorada, estado Sucre; Araure, estado Portuguesa; Caruao, estado La Guaira; Wonken y -donde empezó la magia- Maniapure, estado Bolívar. Hemos ofrecido más de 7.000 consultas médicas, logrando atender a 6.030 pacientes, cuyas sonrisas y bienestar son los motivo de seguir trabajando cada vez con más entusiasmo y compromiso por nuestras comunidades.

Desde el Comité Organizador de la séptima edición de CUMIS, agradecemos cada aprendizaje, consejo y palabra de aliento de ustedes, por formarnos paso a paso, y confiarnos el timón de este barco cargado de ilusiones. Este año, somos protagonistas y testigos de un hecho que ha marcado la historia contemporánea de la humanidad: la pandemia por COVID-19, sin embargo, estamos seguros que las adversidades guardan una magia invaluable para aquellos que deciden ver a través del cristal de las oportunidades. 

El crecer y aprender son inherentes a la vida, sin embargo, son en estas circunstancias donde nos tomamos el tiempo de ver en retrospectiva todo aquello que hemos logrado, valorando cuánto ha significado nuestro trabajo y reencontrándonos con nuestro más profundos deseos de aquello que queremos hacer; es en la desventura cuando nuestra mirada se enfoca en lo que realmente importa y las metas se clarifican. 

Más allá del cielo…¡Ese es el límite!